Descubrí a la Legión de Superhéroes del universo DC en las ediciones de Novaro.
Me fascinaba todo aquel despliegue de diseños y todos aquellos héroes que no todos los meses podía volver a ver.
Recuerdo emocionarme especialmente con algunas historias concretas y cuyas portadas están entre las que he seleccionado:
-Una en la que Karate Kid emplea sus conocimientos como experto en artes marciales para absorber el dolor de la princesa Projectra.
-Otra en la que un rayo perdido resucita a un viejo soldado de una guerra antigua para la Legión, pero para nosotros todavía parte de una historia futura que no ha sucedido.
-Y una tercera, cuando Novaro tenía el formato revista, en la que TimberWolf sucumbe a su mitad salvaje. Pero no solamente por ese personaje, sino porque en esas páginas descubrí a Mon-El, quien Superboy creyó que era kriptoniano (incluso lo tomó por su hermano), pues tenía poderes similares gracias al sol amarillo. Pero lo cierto es que su amnesia le impide recordar su vida como Lar Gand e incluso no podía vivir mucho tiempo en el mundo real, por lo que debía pasar largos periodos confinado en la Zona Fantasma.Todo esto sobre Mon-El lo descubrí posteriormente, pero en este número de Timberwolf solo vi una versión futura de Superman, y la idea me alucinó.
Ahora, esos personajes prácticamente son desconocidos. O peor: sé que han cambiado bastante el concepto y destino de Mon-El (creo que lo transformaron en villano). Pero en mi memoria quedará siempre aquellas aventuras de la Legión con lápices de Mike Grell o Dave Cockrum, y guiones de un joven Jim Shooter en algunos casos.
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