sábado, 8 de agosto de 2020

James Scott Bell, sus consejos sobre escritura y mis consejos sobre cómo invertir mejor el tiempo



James Scott Bell
es un escritor de thrillers con una considerable y premiada trayectoria, tal como refleja claramente www.jamesscottbell.com.

Tras leer  "Mientras escribo", de Stephen King (hace ya un buen montón de años), tuve la curiosidad de echar un vistazo a algunas obras de no ficción escritas por James S. Bell, y correspondientes a su sección Teaching for writers. Y mi primera sorpresa es que este autor ha escrito más títulos para enseñar a cómo escribir, que no novelas de suspense.
Eso, como se puede imaginar cualquiera, me da muy mala espina.
El listado se puede ver aquí mismo.
Una veintena.
Veintidós si contamos los dos audiolibros.

Lo curioso del caso es que todos los consejos se reducen en general a lo siguiente, y así pongo de prueba mi capacidad de resumir veinte libros en unas pocas líneas.

"Este autor ha escrito más títulos para enseñar a cómo escribir, que no novelas de suspense"

Una vez tienes una idea de sobre qué quieres escribir, desarrolla primero los siguientes cuatro puntos: Lead (definir al personaje y a todos sus dolores de muelas que lo caracterizan)
Objective (qué busca y /o de qué huye el protagonista),
Confrontation (donde construimos una carrera de obstáculos en la que el malo de la historia consigue que nos preocupemos por el protagonista)
K.O. (cómo acabar con el desastre al que se enfrenta el protagonista y con una sorpresa inesperada).

Yo, que no soy amigo de reglas, admito que estas estructuras para crear suspense tienen su lógica, pero no caigáis en la trampa. Vuestra musa es mucho más potente, así como prima más la necesidad de que sepamos explicarnos con claridad. Si el argumento es complejo, desgránalo a ojos del lector para que lo entienda y disfrute. Tiene que poder digerirlo como gelatina.

Si me sorprendió la obra de Stephen King que he mencionado en el segundo párrafo, es precisamente porque no quiere aleccionar y deja bien claro que realmente todos los llevamos dentro y tenemos que saber dejarnos ir. Luego es posible que un corrector se las vea y desee por poner lógica y limpiar de polvo y paja todo. Y en el caso de no contar con un corrector (o incluso contando con él), es bueno dejar reposar esa obra y releerla para pulimentarla unos días más tarde.

"Si el argumento es complejo, desgránalo a ojos del lector para que lo entienda y disfrute"

Sin desmerecer lo que explica James S. Bell, yo remarco una necesidad que pongo por encima de todo a la hora de escribir una buena historia. Es primordial definir al antagonista. Sea quien sea. O lo que sea.

Igual que haces con tu protagonista y con los personajes secundarios, crea el trasfondo, el pasado, los traumas sufridos, las vicisitudes que lo transformaron. Dale forma hasta comprender por qué tu personaje reventaría una puerta de un puñetazo por el cabreo que lleva, por lo injusto que ha sido el universo con él.

Ayúdale a justificar que por mucho odio, muerte, traición y demás lindezas que pueda llevar a cabo, en su mente prevalece su sensación de justicia.

El problema de un autor a la hora de hacer bien esta parte del trabajo, es que cuando cuentas la historia, hay millones de detalles que quedarán en el tintero. Son pequeños detalles, momentos que conoces de su pasado y que no has llegado a contar en las páginas de tu novela. Quedan dibujadas a veces entre líneas. No pasa nada. Es normal. No tienes la obligación de explicar toda su vida. Tú la conoces, pues eres su creador, pero al lector lo que le interesa es conocer la historia que le ibas a contar.

"Dale forma hasta comprender por qué tu personaje reventaría una puerta de un puñetazo por el cabreo que lleva"

Esto permitirá que tus personajes cobren fuerza y solidez a ojos del lector. Lo hará todo más verídico y podrás crear con más seguridad un impacto más allá de esa sorpresa del primer capítulo donde dejas boquiabierto al lector y ya no puede dejar de leer.

Y si quieres, aparte de todo esto, puedes aplicar los cuatro bloques de transición del señor Bell. Aunque puestos a ello, me quedo con aquello que llevo oyendo desde tiempos inmemorables: Introducción, nudo y desenlace.

Mucho más sencillo. Tres palabras (no cuatro) que te ahorran la lectura de todo un libro.

Y a riesgo de repetirme más que el ajo, mi reiterada recomendación: "Mientras escribo", de Stephen King.

Y respecto al señor Bell, mucha suerte y éxito en sus próximos títulos. Sean o no de ficción.

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