sábado, 30 de enero de 2021

Aquella vez en la que Conan renació en Europa


Lo que viene a continuación es un epílogo que redacté en 2018.

Me hizo mucha ilusión escribirlo, pues me quité alguna que otra espinita.

Al poco de escribirlo, descubrí que Pino Rinaldi había fallecido apenas un mes atrás.

Hoy recupero ese texto para compartir lo que nunca se contó sobre aquellas aventuras de «La Espada Salvaje de Conan» pertenecientes a ese volumen constantemente ignorado y ninguneado en posteriores reediciones de ese título.

He aquí aquel epílogo que solo unos pocos han leído hasta la fecha:



Allá por los años noventa, Marvel Comics cancelaba sus publicaciones de Conan el bárbaro y, por

Portada de Europa nº 2
obra del dibujante Paco Díaz.
En sus páginas se publicaba
la serie Euroforce, inédita
y ninguneada en España
hasta la fecha.



ende, la colección Savage Sword of Conan. Pero el sello Marvel no dejaría de aparecer en las portadas de sus nuevas publicaciones. Marvel Europe existía, y su director Marco Lupoi consiguió los derechos para continuar con las aventuras del bárbaro nacido de la imaginación de Robert E. Howard.

Por aquellos años, el dibujante Paco Díaz y yo habíamos trabajado como autores para Marvel Europe, concretamente para Marvel Italia. Para ese sello, creamos el grupo de superhéroes Euroforce, del cual apareció un número cero precedido de una serie limitada de cuatro números. Fue toda una experiencia de esas que no olvidarás en tu vida.

La acogida de Euroforce fue lo bastante convincente como para que, una vez Marvel Europe consigue los derechos para publicar las aventuras de Conan, un servidor recibiera la invitación de escribir de entrada hasta cinco historias de la colección Conan il Conquistatore, nombre de la nueva colección. Estas historias tendrían un formato de larga extensión, similar a Savage Sword of Conan (entre 54 y 64 páginas). De estas historias se llegó a publicar las tres primeras. Desconozco los motivos concretos, pero el caso es que tras ese periodo que recuerdo con nostalgia, Dark Horse Comics se hizo con los derechos del personaje para continuar publicando sus historias en EE.UU.


Pero hoy quiero centrarme en esta primera historia a la que más de veinte años después dedico este epílogo.

“La Fuerza del Destino” fue la primera de las cinco historias que me encargaron. La premisa de director editorial y editor era que esta primera aventura debía ser de algún modo un nuevo punto de partida, un nuevo repaso a la vida del personaje. Y cuando tienes ganas de escribir algo nuevo, te surge la pregunta lógica: ¿Debo escribir algo que ya está escrito? ¿Debo adaptar algo existente? Roy Thomas ya lo había hecho de un modo magistral, y me sonaba redundante, pero también entendía la postura de la editorial, así que me puse a revisar la obra de Robert E. Howard en busca de inspiración. Y aquí insisto en lo dicho: la obra de Robert E. Howard. 


Portada empleada en la edición
española de «La fuerza del destino».
Como se aprecia, no se respetó
la portada original de Pino Rinaldi
y que se ve en la foto que
encabeza este artículo.

Si conoces la historia de Conan, sabrás que llegó a ser rey de Aquilonia y que, según dejó escrito Howard en cartas y escritos sueltos, el autor veía que en un momento de su vida, Conan querría abandonar su trono y partir en busca de nuevos horizontes al otro lado del océano.

Recuerdo haber leído una historia (adaptación en cómic) en la que Conan huía de Aquilonia literalmente por las cloacas, viajaba hasta Argos y partía sin más en un barco hacia ese nuevo continente de occidente. Era una historia ridícula. ¿Eres rey y te vas así, como un fugitivo que escapa de un encarcelamiento?

Revisé las novelas y releí la novela original de la que surgía aquella novela gráfica; “Conan de las islas”, de L. Spargue de Camp . Justificaba todo ello con la muerte de la muerte Zenobia y con el hecho de que Conn, hijo de Conan, ya era adulto. De la manga aparece una amenaza en occidente, en un lugar llamado Antillia. Así que Conan se pone un taparrabos y se larga por los túneles por las bravas.

Estoy de acuerdo que el pulp ha sido plataforma para que ciertos autores se tomen ciertas licencias, pero todo aquello me pareció un destrozo y despropósito. Robert E. Howard nunca habría empujado de modo tan torpe a Conan a salir de su reino. Así que me propuse a respetar las líneas de Rober E. Howard e ignorar radicalmente lo que Spargue de Camp había escrito.

De acuerdo, Conan partiría de Aquilonia rumbo a occidente. Pero no así, sino respetando su legado.

De este modo, imaginé que Conan realmente se aburría en su trono. Exactamente igual que se aburría Kull en el suyo de Atlantis. El cimmerio era un bárbaro que lo había conquistado todo, tenía todo lo que quisiera, pero añoraba la aventura. Y envejecía. Así que lo imaginé pasando días y días de exasperante sosiego, engordando, llegando a la depresión y a la bebida. Pero claro, Conan no estaba solo. Trocero y Dexitheus eran sus amigos ante todo, y al ver a su soberano en semejante situación lo lógico es que actuaran de alguna manera. Y eso dio el origen a esta historia.

Por resumirlo, el loto negro, potente planta alucinógena, y gracias a la invocación del ánima de su antiguo maestro en Kithai, consiguieron sumir al rey para que revisitara su pasado. De ese modo, tenían la

Ilustración empleada en
la portada de la edición
original italiana de
Conan il conquistatore #1:
La forza del destino

esperanza de recuperar en él el espíritu de aquel admirado guerrero que les llevó a tantas victorias.

Pero para hacerlo reaccionar y recapacitar, Conan visitaría un pasado distorsionado en el que pasaba de un episodio destacado de su vida a otro, pero con variaciones, con tragedia. Eso desconcertaría al cimmerio hasta que al final recapacita, comprende que no se trata de ninguna locura y entiende por fin el propósito de todo ello: debe partir en busca de nuevos retos, tal como Robert E. Howard quería. Pero en mi historia lo haría como siempre se esperaría de este héroe. No sería una partida donde huye en las sombras, sino que cedería con orgullo la corona a Conn como regente en su ausencia mientras él partiría con sus Dragones Negros rumbo al puerto de Argos para embarcar hacia occidente.

Por fin, la aventura regresaría a sus venas, pero Conan llevaría consigo a sus fieles hombres, como un verdadero conquistador que no se resigna a yacer en un trono. De esta forma, dedicaría hasta el último de sus días en buscar nuevas fronteras donde expandir la gloria de su reino.


La historia pudo agradar o desagradar. Me consta que se publicó en Italia, Francia y Alemania. Me consta que en Italia la historia fue recibida con críticas muy positivas tanto por el excelente trabajo del dibujante (y amigo) Pino Rinaldi, como de la aventura en sí.

En el caso de España, apareció como primer número del tercer volumen de La Espada Salvaje de Conan. Pocos fueron los comentarios que leí valorando la historia, y los pocos que vi me daba la sensación de estar escritos por personas que realmente no se la habían leído. ¿Cómo era posible que alguien pudiera criticar que tal escena no ocurrió realmente así como se detallaba? ¿Acaso no se ve en el final que todo es un sueño distorsionado y que las incongruencias son intencionadas?

Y ahora, algo más de veinte años más tarde, Nexus me da la oportunidad de poder despedirme de esa historia con este epílogo.

Un epílogo en el que aprovecho para agradecer a Francesco Meo por su excelente labor de editor de la colección, a Pino por su impresionante dibujo, y sobre todo a Marco Lupoi, director editorial a quien nunca le agradeceré lo suficiente el haber depositado su confianza en mí como guionista de semejante aventura editorial.

Y sobre todo, gracias a Nexus por esta invitación y, por supuesto, mil gracias a todos aquellos que habéis leído esta aventura.

Que Crom os salude desde lo alto de su montaña.



Xavi Marturet



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