Muchas críticas encarnizadas y despiadadas oigo sobre el Hombre Hormiga de Marvel y su película. Entonces, la memoria viaja hacia algún momento, décadas atrás. Yo era colaborador habitual de Comics Forum, y me encargaron la traducción de una serie limitada del Hombre Hormiga. Se publicó como complemento de alguna colección, y fue una experiencia muy extraña. El dibujo era horrible, tanto por la calidad del dibujante (creo que era Al Milgrom) no sólo en su estilo, sino en las evidentes prisas que se reflejaban en cada viñeta, carentes de fondos y con deformidades que me recordaban las primeras ediciones que perpetró Ediciones Vértice sobre las series del universo Marvel. Y del guión ya no hablo.
Y es que Ant-Man ha sido un personaje comparsa de Los Vengadores, uno de los últimos monos. Ni siquiera consiguió llamar la atención de los lectores cuando alguien en Marvel se molestó en crear una serie bien escrita y, además, dibujada por Ramón Rosanas, con un resultado de calidad que el personaje nunca tuvo en toda su existencia.
Que Ant Man haya tenido una película con semejante presupuesto y elenco de actores es algo que en los noventa era absolutamente imposible. La historia de una aventura en un microverso primo segundo de Avatar y los Micronautas puede desagradar por alejarse del tipo de aventuras de Iron Man, Spider-Man o X-Men. Pero es una historia adecuada al personaje que, con Quantumanía ha conseguido una película que ni el más optimista seguidor de Marvel hubiera imaginado jamás.
Olvidad comentarios hirientes de la web, haceos con un bol de palomitas y disfrutad de esta aventura como hice yo. Sacaréis dos cosas buenas: un par de horas de evasión fantástica y una nueva prueba de que no hay que hacer caso de todo lo que se lee en Internet. Incluido lo que acabas de leer.
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