domingo, 30 de julio de 2017

Aquella vieja historia de Zarpa de Acero


Cuando paras de escribir para ponerte a corregir lo escrito, el mundo va más lento.
Esto es lo que hago actualmente con la novela steampunk en la que trabajo desde hace tiempo.
Tras el repaso de los doce capítulos que ya tengo hechos, pasaré a realizar lo mismo con otro relato que tengo aparcado.
Todo ello significa que, o bien corrijo, o bien leo alguna de las dos novelas en las que ahora estoy sumergido como lector.

Aquí es donde agradezco mi afición al mundo del cómic, que me supone un gran balón de oxígeno ni que sea por el cambio de sistema de lectura.

Hoy domingo noche, ordeno todo en vistas a la nueva semana y termino leyendo un viejo cómic de Hellboy junto con Painkiller Jane. Una historia rápida y sencilla para echar diez minutos.

Finalizo ese cómic y me dispongo a guardarlo. Sin saber cómo, termino con un viejo número uno de Zarpa de Acero correspondiente a la colección Hora T. Precio de portada 20 pesetas.
Aunque ya lo he leído varias veces, lo abro y me quedo absorto en la primera página.
Harto de corregir y corregir durante el día, el texto de la primera página me duele un poco. Aquello no puede estar más sobrecargado.
Me centro y me olvido de poner listones y "peros". Se trata de puro pulp, de algo que recuerdo con cariño y que sé que he disfrutado. Y capto la primera genialidad: El autor te explica en una sola página toda la vida de Zarpa de Acero. A pie del texto la reproduzco.

Recuerdo cuando leí esta historia allá por 1975: unos malvados alienígenas controlan mentalmente a unos niños. Aparte de tema telepático, los niños también adquirían superfuerza y no sé si algún poder más.
He leído miles y miles de cómics a lo largo de mi vida, y muchos los he leído más de una vez. Pero solo unos pocos dejan una marca en la memoria y, tras décadas, los recuerdas como algo especial.
Si me pongo a analizarlo todo fríamente, admitiré que técnicamente ni son los mejores cómics, ni los mejores dibujos, ni las mejores historias.
Pero solo unos pocos cómics consiguen grabarse así en mi memoria, y desconozco el motivo.
Este fue uno de ellos.


1 comentario:

  1. Aparte de la calidad, que no dudo que la tenga, es vital cuando lees un comic, y a determinadas edades, si te impresiona, te marca para siempre. La sensación de volver a leer ese comic y volver a experimentar esa sensación es única.

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