jueves, 13 de octubre de 2022

Informe de daños - Gotham Central Year One #1

No hace mucho volví a leer algunas series de Gotham City. Me refiero a esas que están más centradas en el departamento de policía a lo «Canción triste de Hill Street» que no en Batman.

Cuando ha salido esta semana esta primera entrega en versión «Year One» con el título Gotham Central, sé que voy a disfrutar. Lo haré gracias a que «Year One» es a mi modo de entender lo que antes se llamaba «Elseworlds». Lo que en Marvel llaman «What if...?».

Tom King es un guionista de los pocos que me garantizan una mínima esperanza en los tiempos que corren, así que la combinación parece perfecta. Y el dibujante, Phil Hester, es esquemático, muy de sobras sobre claros, de escenas nocturnas, y sin pretensiones de sobrecargar en una perfecta armonía de lo que va a ser novela negra, cine policíaco del bueno, pulp a lo Philip Marlowe.

«¿Aceptarías un caso de un cliente cuya tarjeta de presentación es hacer que dos gorilas te inflen la cara?»

Detective y ex policía, nuestro protagonista es el anti héroe fracasado perfecto.

El caso es también ideal, pues nos sumerge en los entresijos de una ciudad que pudo tener la gloria, pero se bañó en la oscuridad.

«Y aún así, no es la Gotham que conoces»

Un secuestro. Una niña inocente. Gente adinerada y sin escrúpulos. Gabardinas y sombreros. Cigarrillos fumados a desgana.

¿Aceptarías un caso de un cliente cuya tarjeta de presentación es hacer que dos gorilas te inflen la cara?

Con ese tipo de elementos típicos y clásicos de la novela negra, Tom King nos sumerge en una Gotham que tiene retazos de la que conoces, pero te la modifica. Nos traslada décadas atrás, hasta 1961. Y aún así, no es la Gotham que conoces, pero no solo por el año, sino porque estás en otro universo paralelo donde los Wayne tuvieron una hija. Son un matrimonio mal avenido, y han raptado a su hija.

Así empieza la historia. Primera página y una primera plana del rotativo «The Blade» que se hace eco del trágico secuestro.

«...un ex policía reconvertido en investigador privado
atado a una ciudad que huele a tumba y muerte...»

Es el primer número de un total de seis, pero es muy importante conocer el punto de partida que propone el autor.
Por una parte, consigue que nos pongamos en la piel del protagonista y nos cabreemos. Mucho.
Logra que le gritemos al protagonista que los mande a todos al cuerno y se vaya de Gotham. Pero entonces recuerdas cómo de un modo magistral, nos han colado esas píldoras de recuerdos del protagonista que nos dibujan a una Gotham donde había esperanza, donde en algunos barrios el crimen era inexistente, donde la gente tenía las llaves de casa puestas y los niños jugaban en la calle sin temor a nada. Y esa base de recuerdos es lo que hace que perdones a ese pobre diablo: un ex policía reconvertido en investigador privado atado a una ciudad que huele a tumba y muerte desde el minuto en que le entregan cierto sobre para que haga de recadero.

Los misterios de la serie también se destapan en parte en esta primera entrega, pero de lo explicado a desgranar el contenido en mis comentarios hay un abismo que no es necesario ni pretendo acometer. Baste decir que si te gusta el género, si has disfrutado con autores como Ed Brubaker, aquí Tom King sujeta muy firme las riendas de la historia.

¿Acaso conozco qué sucederá en los próximos cinco números para ser tan optimista?

No.

Solo sé que me han cabreado.

Y quiero leer ya los siguientes números.

Quiero leerlos ya.

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