domingo, 9 de octubre de 2022

Informe de daños - Spider-Man #1 (nueva serie de 2022)

Spider-Man estrena nueva colección. Antes, esto era noticia, pero hoy en día ya no sorprende a nadie cuando se da inicio a una nueva serie de un personaje por segunda, cuarta o enésima vez.

Tengo por costumbre dar una oportunidad al primer número de toda nueva serie. Y aquí no hice excepción. Al dibujante Mark Bagley ya lo conozco de series como «Ultimate Spider-Man», «Thunderbolts» y «New Warriors». Este dibujante alemán —y estadounidense— ganó en su día un concurso de dibujo, y eso le abrió las puertas de La Casa de las Ideas. Su dibujo no me convenció en exceso. A mi modo de ver, Bagley era como Ron Lim, aquel dibujante que leí en incontables entregas de la serie «The Badger» de First Comics, y cuyo dibujo no me convencía... pero no podía evitar leer cada nueva entrega.

En el caso de Mark Bagley, este dibujante no lo hacía mal, era correcto, tenía un gran dominio de la anatomía, no eludía detalles en el acabado, la expresión corporal, la continuidad narrativa... pero su estilo es un tanto caricaturesco y me resulta tan apasionante como ver un episodio antiguo de «Thunderbirds» o «Captain Scarlet», donde el ingenio no puede ocultar que se trata de muñecos articulados en lugar de actores reales.

«...pero su estilo es un tanto caricaturesco y
me resulta tan apasionante como ver un episodio antiguo de «Thunderbirds» o «Captain Scarlet»...»

Así que, al igual que me sucedió en su día con el dibujante Ron Lim cuando se puso a los lápices del



nuevo «Silver Surfer» de Jim Starlin, me decidí pocas horas antes de escribir estas líneas a entrar en la segunda gran incursión de Bagley en una nueva serie del trepamuros a pesar de la poca convicción hacia el dibujo.

Dan Slott es el guionista en esta ocasión.  Y me desconcierta verlo en los créditos. Es un guionista que provoca más abucheos que aplausos entre los aficionados. Así que se queda uno con la misma cara como cuando algún amigo o conocido extranjero me preguntaba en su día cómo era posible que en España alguien como Rajoy podía ser presidente de lo que fuera. Pero dejo de lado mi sorpresa sobre cómo ha conseguido el trabajo y prosigo.

Por ubicar a Slott, este escritor empezó en 1991 como guionista de un número de «Mighty Mouse», así como de una historia corta complementaria de un anual de «The New Warriors». Su trayectoria le llevó a enfrentar a Spiderman contra Ren y Stimpy, así como afianzarse como guionista de series tan conocidas como «Scooby-Doo», «Powerpuff Girls» o «Looney Tunes». Posteriormente entró en el universo Marvel para encargarse en múltiples ocasiones del trepamuros que, sin ser el único que ha guionizado, sí que es a fecha actual aquel para el que ha escrito en más ocasiones. A pesar de los premios que se le pueda haber concedido, sus historias nunca han sido bien acogidas por los lectores. O bien pasaban sin pena ni gloria, o levantaban indignaciones, pero lo más habitual era lo primero: conseguir llenar páginas sin que pasara nada remarcable durante meses y meses.

«Es un guionista que provoca más abucheos
que aplausos entre los aficionados.»

Así que hago caso omiso a las críticas, a valoraciones sobre trabajos anteriores, y me adentro en lo que desde el primer reglón se anuncia con fanfarrias que es un reboot sin tapujos. Quiero y deseo que todo lo anterior no se cumpla en esta ocasión y descubrir una gran nueva historia, un arranque de Spidey que me deje sin aliento viñeta tras viñeta. Y empiezo. Leo cuatro páginas. Decido retroceder de nuevo a la primera página. Tengo la sensación de haber pasado páginas sin haber prestado atención. ¿Me habrán abducido durante el proceso? Y en este segundo intento descubro que aquellas páginas me impactan tanto como si estuvieran en blanco. Es un «más de lo mismo» hasta tal extremo que no consigue provocar la más mínima chispa de intriga. El dibujo es correcto, pero no me cuenta nada. Unos malos, un atraco, aparece Spiderman y salva a una niña, que deja en manos de su madre antes de ir a por los viles atracadores de pasamontañas.

De repente veo un spider-robot con unos niños. Uno lleva un peluche. Son Calvin & Hobbes. Parpadeo y decido seguir. «no es más que un guiño» me digo.

«Y en este segundo intento descubro que aquellas páginas
me impactan tanto como si estuvieran en blanco.»

Como si un editor hubiera decidido que hay que hacer algo más, la acción se interrumpe —dicho sin spoilers— con la intervención de más personajes, sobre todo spider-chicas y algunos supervillanos que aparecen por las buenas, así como un intento de sorpresa con algún personaje un tanto «noir».

Sin llegar a entender muy bien qué ha pasado o por qué, el caso es que termina la historia con un «continuará...» y, una vez más, la sensación de otra oportunidad perdida.

Entonces desvío la mirada y veo que toca leer New Fantastic Four #5. Allí está Peter David. Ese guionista nunca falla.
En fin... ¡Bye-bye, trepamuros!

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